Si los seres humanos aprendiéramos de los gansos, de las abejas y hormigas en su organización, se acabarían los problemas en instituciones escolares, políticas y de cualquier otra índole, donde los individualismos y falta de coherencia matan los equipos. Me gustó su artículo y seguiremos haciendo lo que más nos gusta “docencia”, mostrando desde lo natural excelentes ejemplos para nuestra vida y para la de quienes nos rodean.
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